Ana Werner

Con un timón entre sus manos, pantalones bien puestos y revolver al cinto, Ana Werner Glade revolucionaba el rol de la mujer de la época, recorriendo los mares de la Patagonia sur a cargo de la Pincoya; Gladys; Ema y Tala, las goletas en las que trasladaba mercadería para comercializar entre distintos pueblos costeros y Tenaún, lugar donde se asentó junto a su familia.

Nacida en 1905 en Puntra, y con los vientos del sur empujando con firmeza cada uno de sus pasos, se dedicó a la agricultura, al comercio y asumió tareas de sanadora en el pueblo, utilizando saberes ancestrales que daban una alternativa de alivio y curación frente a las distantes postas de salud en aquel entonces.

Una mujer opinante y con compromiso social, que supo abrirse espacio en la política local siendo una de las primeras regidoras en Chile, ejerciendo este rol para la comuna de Dalcahue en el año 1944, momento histórico en que las mujeres en nuestro país podían por primera vez ejercer su derecho a voto y participar en cargos políticos. De ahí en adelante, asume el cargo de alcaldesa de la misma comuna por dos periodos, y posteriormente es candidata a diputado, soñando en grande con un proyecto de electrificación para toda la isla de Chiloé a través de las cataratas de Tocoihue.

Hoy teniendo otros vientos soplando a nuestro favor, me pregunto ¿Qué puede frenar el cumplir nuestros sueños? Sacudir el polvo de la historia de mi bisabuela, es recordar hoy, que, incluso ante las marejadas más bravas, la convicción profunda en nosotras mismas, siempre será el timón que conducirá a buen puerto.

Escrito por su bisnieta, María José Brahm Guarda